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Es maravilloso el mundo de las ideas

lunes, 13 de agosto de 2018

Carmen Mondragon (Nahui Olin): mirada infinita - Exposición en Munal

Hago esta reseña a modo de compartir los latidos de la vida diaria, lo cotidiano; para coincidir por un momento y saber que no estamos solos. No pretendo relatar lo real: esta es sólo mi experiencia. 

Algunas fotos: clic aquí
Algunas pinturas: clic aquí

Once y veinte de la mañana. Llego al recinto ubicado en la calle de Tacuba: el corazón de la ciudad. Emocionado, entro al Munal explorando el pequeño lobby: (de izquierda a derecha) guarda-ropa, entrada a sala de exposición, taquilla, plaza de los leones, auditorio. El Munal, testigo de la historia de la ciudad, alberga el museo del telégrafo y, temporalmente, una exposición dedicada a la vida y obra de Carmen Mondragón Valseca: Nahui Olin, como la bautizaría el Dr. Atl.

Sin una búsqueda previa acerca de quién es Naui Olin, atendiendo a las recomendaciones de amigos y compañeros; por fin asisto a la exposición. Pago mi cuota de $65 para ingresar más $5 para tener derecho a  tomar fotografías y una gran experiencia se muestra frente a mí.

Subiendo las escaleras de la sala C del Munal, encuentro la primera pintura. Ahí la veo por primera vez y me pregunto, ¿Quien es esta mujer que me mira de esa manera, inclemente, desdeñosa, indiferente? Entiendo entonces el sentido del nombre de la exposición -mirada infinita-; y es que (como lo confirmaría mas tarde) sospecho que estoy ante una las mujeres más hermosas que han nacido en suelo mexicano (cliche).

En la primera sala observo fotografías y dibujos de la autora. No me sorprenden mucho: algunos dibujos se asemejan a trazos que yo hice a los 10 años de edad (perdonen mi atrevida comparación). Sin embargo, es importante resaltar la época y corriente artística imperante. Nahui, pertenece a nueva generación con perspectivas distintas a las de sus coetáneos; perspectivas que se alejan de lo pragmático para dar lugar a lo cotidiano. Nahui explora en las imágenes de la vida diaria, de lo erótico; de lo sexual sin vulgaridad.

He coincidido en este tiempo y lugar con otras personas, lo cual tiene dos implicaciones: por un lado, qué bueno que el recinto este concurrido y haya muchas personas que se interesen en la exposición; por otro lado, seria grato que esas personas guardaran un poco de silencio. Entiendo que los museos no son contemplativos: deben ser espacios para la conservación, investigación, promoción y difusión. Por ende, espacios para la discusión; pero por favor, no todo en el mismo lugar y al mismo tiempo. Especialmente, guías, por respeto a todos, cuiden el orden de los grupos. 

Avanzo en a exposición y puedo observar fotografías que han sido tomadas a Nahui en distintas facetas. Al observar con detenimiento cada una de ellas, sólo puedo pensar una cosa: es ella misma, en todo, por todo y contra todo, es ella misma.

Fotos de frente, de perfil, de cabeza; mostrando su mirada, sus piernas, su cabello; desnuda, vestida, adornada. No importa el contexto, ella siempre luce impresionante y autentica. Sin duda, es imposible dejar de mirarla a los ojos: tan grandes, tan expresivos, tan profundos; hacen no querer ver nada más (cliche). 

Es perceptible también su intensidad y carácter. Fotos por su pareja en turno y con su pareja en turno. Sin ningún tipo de pretensión, se puede observar a una mujer viviendo sin atavíos.

Ahora, hay un extraño silencio. Personas recorren la sala en silencio.

Sigo avanzando en la exposición y contemplo sus pinturas, singulares, tienen una belleza exquisita. Son imágenes, son cuerpos que cuentan historia. Hay vida en sus pinturas, hay cotidianidad, hay aventuras, hay pueblo, hay ciudad, hay sexo. No hay vulgaridad: hay erotismo. Cuerpos abrazos que se descubren vivos por el roce de la piel del otro, hacen un llamado a vivir, excelsos, la fantasía del presente. Imágenes rurales, urbanas, parques; nos demuestran que hay un México de a pie: una sociedad que siente. ¿Qué es esto que hacemos todos los días, si no es vivir?

Estoy terminando la exposición. Al observar los últimos cuadros, pienso:  Nahui nos muestra esa mirada expresiva; nos deja conocer su vida, sus experiencias, sus amores y también nos muestra la única forma de vivir: intensamente.

Al salir, de forma inevitable, me divierto un poco con la parafernalia de lo comercial: una libreta, un imán, una postal, un separador etc., todo sirve para reafirmarnos a nosotros mismos que en realidad estuvimos ahí.

A modo de reflexión: ¿Por qué alguien se vuelve imprescindible en los anaqueles de la historia?, ¿Por que guardamos los recuerdos de ciertas personas?, ¿Cómo alguien trasciende la frontera de lo mortal? Pienso que no es la huella precisa y concreta de acciones; no es la excelsitud de tu obra ni mucho la pretensión o las buenas intenciones: la originalidad acaso, que implica ser, a pesar de todo, uno mismo.


martes, 19 de junio de 2018

Celebración

Concretada la victoria del equipo mexicano en el mundial de Rusia 2018, es importante resaltar un par de cosas: por un lado, es interesante observar la algarabía, emoción y alegría compartida de miles de mexicanos congregados en distintos puntos de la república; no hubo espacio para diferencias, enconos o desavenencias políticas. Por otro lado, otro grupo de mexicanos en aras de la celebración humillan, sobajan y demeritan al rival caído.

Ambos grupos son muestra de una misma sociedad. Una sociedad polarizada que es capaz de generar unión y agresión con base en el mismo evento.

Creo que ésto es ejemplo de la maraña de sentimientos que están conviviendo en la sociedad mexicana. La historia nos alcanza y nos abraza, irremediablemente. Uno de los valores que nos ha definido a lo largo del tiempo es la fraternidad: somos una sociedad amigable, fiestera; que es capaz de recibir y acoger al extraño; eso es innegable. Cierto es también que existe frustración al sabernos -o percibirnos- inferiores a otros países y, al saberlos derrotados, mas que celebrar nuestra victoria, nos regocijamos en su desgracia.

No sé si la ebullición de alegría provenga de un sentimiento triunfalista o si la base del encono es un sentimiento de venganza; lo cierto es que tanta tribulación también es buena: nos ayuda a definirnos.

Me inclino al sentimiento triunfalista, ojalá que -como pocas veces lo creo- este sea un punto de partida (y no sólo un simple evento fortuito) hacia una re valorización de México como sociedad; capaz de celebrar el éxito por merito propio y no gracias a la desgracia ajena.


Alfredo Martinez Pizano 

miércoles, 8 de marzo de 2017

En un día como hoy

En un día como hoy, lejos de celebrar -porque no creo que haya algo que celebrar- quiero reiterar contigo: mi amiga y compañera; mi responsabilidad y compromiso para construir un mundo más equitativo, justo y solidario; para construir una sociedad que, lejos de observar distinciones raciales o de género, entiende que la única forma de prosperar es generando una relación sinérgico-simbiótica entre hombres y mujeres. Porque al final del día, todos somos seres humanos buscando el mismo fin: conquistarnos a nosotros mismos con un corazón lleno de amor y felicidad. 

Así que, en un día como hoy, no te felicito: me comprometo contigo. 

Gracias por ser y compartir. 

Con cariño y admiración.

8 de Marzo de 2017., Día Internacional de la Mujer


Alfredo Matinezz Pizano


miércoles, 15 de febrero de 2017

Caleidoscopio




En paráfrasis de Julio Cortázar, la vida es un cronopio.

Pareciera que la vida es un eterno buscar. Nacemos, crecemos e imaginamos el sentido de la vida; buscamos orden en el desorden, clasificamos lo inclasificable y anhelamos lo que esta fuera de nuestro alcance; ¿Acaso es todo tan complicado?

No considerado esta última cuestión una certeza, creo que aún en el caos se puede encontrar tranquilidad y sabiduría: es solo mediante el contraste que todo adquiere mayor o menor significado. 
La alegría es tal cuando se compara con el sufrimiento; sabemos que es blanco en función del negro; la abundancia con la escasez; el amor y el desamor.

Cada decisión es una variable que nos aleja y nos acerca. Cada movimiento plantea una situación distinta, así que, con cada decisión, haz que la vida cuente.


La vida a través del caleidoscopio: nada es más simple, no hay otra norma, nada se pierde, solo se transforma. 


Resultado de imagen para caleidoscopio

lunes, 30 de enero de 2017

Absurda dicotomía


La siempre presente y absurda dicotomía de lo políticamente correcto y la honestidad que raya en la imprudencia. Sin que necesariamente pueda existir una ganadora, ¿Es preferible una a la otra?

No es una cuestión moral ni ética, mucho menos normativa; en lo que a mí respecta, es un tema de pragmatismo.

¿Es incorrecto decir aquello que debe decirse solo porque el decirlo signifique atraer ciertas represalias, incomodidades y cierto grado de encono?

¿Es preferible callar aquello que debe decirse solo por mantener cierto grado de armonía? ¿No sería acaso esta armonía una falacia?: ¿No es acaso la verdad liberadora?

Llamar a la prudencia es lo que dirían ciertos dogmáticos.  Sin duda es verdad que cierto grado de auto-censura permite mantener una sociedad cohesionada; las verdades, crudas y directas solo son asimiladas por mentes preparadas. De no era si las personas no postergarían, pues sería entendido que a pesar de todo y bajo cualquier circunstancia, siempre es mejor saber. Aunque ese conocimiento no sea el que esperemos o deseamos.

No hay verdades absolutas; no hay mentiras sin cierto dejo de verdad.

En mi caso, ¿Qué prefiero? ¿Vivir una falacia o sentir el dolor de la verdad? Mientras escribo pienso; pensar es el primer paso, así pues, esa es mi decisión.

Caminemos. 

jueves, 22 de diciembre de 2016

Bridget Jones: apología de la diversidad

Atiborrado por los "remakes" y por las terceras, cuartas quintas partes de todo lo que comenzamos a vivir hace 15 años, felizmente me dirigí a ver secuela de Bridget Jones. Nunca fui fan de las películas, pero en estos casos no importa: al parecer la tendencia del sigo XXI es cerrar ciclos de todo, incluso de historias como esta.

La historia es simple: una mujer carente de filtros al hablar y cuya irreverencia propicia situaciones por demás embarazosas.  Pues bien, fui a ver la película con la idea de encontrar algo parecido; no lo encontré.

Si tuviera que decir si me gusto o no la película diría que no y las razones son muchas, o tal vez, queridos tres lectores, solo sea una: juzge usted.

1. Esa, disculpen, pero esa no es Bridget Jones, Si comparamos los rasgos de personalidad exhibidos en las películas anteriores con lo que vimos en la mas reciente película podremos observar que no hablamos de la misma persona. En esta ocasión, Bridget no es obesa, no fuma, no habla tanto; incluso las gesticulaciones que hace no parecen las mismas y hasta parecen forzadas. Pareciera un nuevo personaje con esbozos de un pasado lejano. No, no es la misma.

2. Las películas anteriores fueron comedias; el éxito se basó en la generación de situaciones peculiares que ponían a la protagonista en aprietos. Sin embargo, pareciera que ese tipo embrollos son demasiado complejos para las generaciones actuales, en esta ocasión, solo es una situación, alargada... tal vez demasiado.

3. Mas que una película que pretende acercarse a distintos mercados, pareciera que la trama - más que una historia - es una campaña de publicidad en pro de la diversidad. Y no es que en contra, a lo que me refiero es: ¿Es este el canal adecuado para hacerlo?

4. Es horrible cuando el todo se convierte en nada. Esta pelicula pretende llegar a las distintas generaciones que convivimos en este espacio y tiempo (X, Y, Z, Millenials etc.) al intentar abarcar todo, se queda en nada. Hay rasgos de todo que la película carece de personalidad. Cuando pruebas un vino, eres capaz de identificar los aspectos relevantes de éste; cuando ves la película, no se es capaz de identificar nada, ni si quiera la relación con sus precuelas. Esta película es completamente estéril.

Las películas anteriores, por si mismas, dieron cierre; el final no podía ser de otro modo. Esta película aporta poco y en general, no pasaría nada si no se hubiera filmado. Eso en mi humilde opinión, queridos tres lectores.

jueves, 21 de agosto de 2014

Una caricia, un beso, un abrazo

Un hombre acude al hospital porque siente una extraña sensación en una pierna. Después de una meticulosa revisión el medico le informa que debe amputarle la pierna. El hombre baja la mirada y suspira: después de unos segundos de reflexión sentencia -¡Mejor no hubiera venido!-

¡Bendita ignorancia! Bálsamo bendito que permite regocijarnos en los brazos de la indiferencia: a final de cuentas, no pasa nada.

¿El dolor es físico o mental? Según estudios médicos aún estando sedado el cuerpo puede seguir sintiendo dolor. En contraste, existen casos de personas con miembros amputados que aún sienten dolor en extremidades que ya no existen. En el primer caso existe dolor y el cerebro no lo procesa; en el segundo, el cerebro imagina un dolor sin razón aparente.

Vuelve a hacerse legitima la pegunta ¿El dolor es físico o mental? Y es que a menudo podemos sentirnos inmersos en un dolor casi insoportable, o al menos eso es lo que parece. Frase socorrida es aquella que reza: te ahogas en un vaso de agua. En este sentido vale la pena realizar un pequeño análisis introspectivo de cada situación que nos acontece y verificar si la pena o dolor es genuino: si viene de un malestar real o es una quimera mental.

El cuerpo es una maquina impresionante; el cerebro es el controlador: recibe información, procesa, toma decisiones y ejecuta, todo en milésimas de segundo. A pesar de esto, el cerebro no es perfecto pues a menudo incurre en fallas aparentemente imperceptibles pero que son reflejadas en la conducta o en los estados de animo.

¿Qué sucede cuando decretamos que estamos tristes o nos sentimos solos? ¿Estamos solos en realidad? ¿Estamos en un estado de tristeza? La depresión es una enfermedad que ha llamado la atención en los últimos años. Se ha entendido que el sentimiento de soledad y tristeza no es un estado natural ni un sentimiento normal dado que se le ha catalogado como una enfermedad. Sin embargo, no considero que deba ser tratada con fármacos dado que estos sólo actúan como inhibidores de lo que realmente se esta sintiendo, impidiendo a la persona ser consciente de sus sentimientos y pensamientos. Sé que a veces los pensamientos tergiversan la percepción de la realidad al grado de repercutir en conductas inconscientes y volviéndose necesario el fármaco, pero no por eso se vuelve patológico.

La realidad es que estamos inmersos en un mundo con aproximadamente seis mil millones de personas y cada vez nos sentimos mas solos. Mientras la tecnología rompe las barreras geográficas, las personas cada vez se comunican menos. Tal vez, y digo solo tal vez, seria bueno apagar el teléfono, apagar la computadora y visitar a las personas. ¿Por que la gente recurre tanto a las terapias y las cantinas? Mi hipótesis más simplista explica que no se trata de resolver enramados procesos de pensamiento: solo se trata de hablar de los problemas, hablar de las experiencias, las frustraciones, las ideas, los sueños; se trata también de sentir, de llorar, de gritar.

En mi experiencia más profunda, el alivio no viene de medicamentos: viene de una reconexión profunda de la cabeza y el corazón; de los sentimientos con acciones; del abrazo prologando y fraterno; de la mutua caricia en el rostro;  del beso apasionado; del te quiero; te amo; viene de las horas en compañía de las personas que se aman.

Una imagen dice mas que mil palabras. Un abrazo cura mas de mil emociones. Porque al final del día, como diría Patch Adams: “todos moriremos, nuestro trabajo consiste en aumentar la salud ¿Sabes lo que significa? Significa mejorar la calidad de vida, no solo retrasar la muerte”.